“Antes de participar en la Universal, era una mujer que sufría de muchas males espirituales y de salud. Padecía de migraña y gastritis. Los dolores eran muy fuertes que no me permitían realizar las labores del hogar ni atender a mi familia.
Busque ayuda en la medicina, pero ningún tratamiento me ayudaba y el malestar cada día aumentaba más.
Al llegar a la Iglesia y recibir las oraciones de fe, mi vida comenzó a cambiar. Colocando en práctica aquello que iba aprendiendo trajo como resultado el cambio total en mí. Hoy soy una mujer completamente sana, gracias a Dios”.
Elis Sánchez