“Me involucré en el vicio del alcohol y esto me llevó a estar en fiestas y con malas compañías.
Mi vida estaba destruida y a causa de esto me sentía frustrado, me sentía atormentado porque escuchaba voces, me la pasaba con fuertes y constantes dolores de cabeza y sentía un peso en la espalda. Recuerdo que no lograba dormir y cuando lo hacía tenía fuertes pesadillas.
En medio de tantos problemas recibí una invitación para asistir a la Iglesia Universal.
Comencé a participar y a permitir que Dios obrara en mi vida, no fue fácil, pero con constancia y dedicación logré ser libre de todos los males que me atormentaban.
Empecé a dormir tranquilo, ya no escuchaba voces ni males que me atormentaban. Dejé de ingerir licor y ya las fiestas dejaron de llamarme la atención y todo ese mundo donde me envolvía en los vicios.
Ya no padezco con los dolores de cabeza y no siento el peso en la espalda. Ahora soy un hombre distinto, con paz y completamente restaurado, gracias a Dios.
Luis Miguel Abdelnour