La fe tiene sus secretos. Requiere manutención para estar siempre fuerte. Aquí van tres hábitos que garantizarán la fuerza de su fe:
- Meditar siempre en la Palabra de Dios – no apenas leer, sino pensar en lo que lee. La frecuencia en las reuniones donde la Palabra es predicada; la meditación específicamente en las promesas de Dios
- Mantenerse siempre en espíritu de oración – mantener siempre la mente en Dios, donde esté; orar para entregar las preocupaciones y ansiedades a Dios; conocer a Dios a través de la oración. No es un ritual, sino un estado de espíritu constante
- Desviarse del mal – tener temor a Dios, huir del pecado, evitar amistades con personas que lo llevan hacia el mal, guardar sus ojos de mirar cosas impropias en Internet, resistir a las tentaciones
Practique eso y vea a su fe fortalecerse a cada día.