A pesar de tener un espíritu emprendedor, desde joven el Sr. Alexander siempre trató de independizarse económicamente de sus padres pero no lo lograba. Junto a esta frustración, empezaron a surgir otros problemas como el insomnio, la depresión, y otros problemas espirituales. Cuando lograba algo, luego lo perdía. Empezó entonces a buscar una salida en el espiritismo, consultando con los “espíritus” para tratar de prosperar sus negocios, pero nada sucedía.
“Un día, recibí una invitación para la Iglesia Universal y decidí participar. Poco a poco el desánimo, la depresión y la tristeza fueron desapareciendo y a cada día me sentía mejor. Mi relación familiar también fue transformándose.
Llegó entonces la Campaña de Israel, y decidí tomar una actitud. Sacrifiqué pues ya estaba cansado de ser un fracasado, porque todo lo que había emprendido anteriormente no me salía bien. Cuando subí al altar, entregué mi sacrificio, mi todo, con una certeza muy grande dentro de mí de que Dios me respondería.
Y así fue, actualmente poseo un Gimnasio con un área de máquinas, un salón de aerobics, un consultorio de estética donde hacemos tratamientos corporales, peluquería, un salón de sauna que es único en toda la región.
Hoy he aprendido a renunciar para conquistar y sacrificar en el altar sin miedo.”, nos relata el Sr. Alexander Jiménez.