Amiga, ¿Sabe cuál es una de las cosas más difíciles que hay? Oír la verdad.
Sinceramente, esto no es para cualquiera. Es necesario tener estructura, espiritualidad y humildad suficiente para oír ciertas verdades.
Es cierto, cuando dicen que la verdad duele… Y es así, ¡duele, como duele! Pero eso no quiere decir que sea algo malo. No, por el contrario.
Cuando alguien le dice algo que le lastima, es como recibir un gran golpe, pero en el fondo usted sabe que esa persona tiene razón.
¿Ya le pasó eso alguna vez?
¿Recuerda cuál fue su reacción?
Pues bien, la reacción es lo que cuenta, lo que realmente importa.
¿Se quedó herida con la persona? ¿Ofendida? Peor aún, ¿guardó resentimientos?
Amiga, si no somos lo suficientemente humildes para aceptar la verdad, entonces ¿cómo podemos madurar? ¿Cómo podemos pensar en el matrimonio? Pues no tenga duda de que su marido no vacilará en decirle algunas verdades. ¡Entonces! ¿Se quedará también con resentimiento con él?
Vea, que no estoy diciendo que no le dolerá o que no se entristecerá, pero esa tristeza tiene que ser con nosotras mismas y no puede durar por mucho tiempo.
Una vez, mi marido me dijo: «¡Tú eres muy orgullosa!» Eso fue el colmo para mí!
Fue un pensamiento tras otro…
¡Al principio estaba enojada, pensé que era absurdo! «¿Yo? ¿Orgullosa?»
¡Entonces estaba devastada por lo que él pensaba de mí! «¡Que monstruo es!», Pensé.
Pero luego me arrodillé y lloré hasta que me dolió la garganta… ¡Él tenía razón! ¡Cómo duele admitir y enfrentar a la verdad! Me sentí humillada, pero fue bueno para mí.
Analícese a sí misma. Vea si ha encarado la verdad en su vida o en su relación de manera correcta. ¡Déjese de engañar! ¿Si enfrentar la verdad significa empezar todo de nuevo? ¡Hágalo! ¡Recomience en la fe! Corrija sus errores, después de todo, ¡nadie es perfecto! Pero como es terrible tener que pagar un alto precio por algo que usted podría haber evitado, si tan solo hubiera aceptado la verdad.
