Los hombres, aunque no tanto como las mujeres y gracias a nuestra sociedad, también se preocupan por su apariencia. Cada vez hay más hombres llamados metrosexuales, que se echan cremas y van a darse tratamientos de belleza, entre otras cosas. Algunos viven dedicados a su cuerpo, en el gimnasio. Esto no es para todos.
El problema viene cuando se obsesionan con su físico, y creen que es lo más importante y lo único que tienen para ofrecer. Puede tener un cuerpo envidiable y verse como un modelo de revista, pero eso no sirve de nada si está vacío. Es cierto; hay mujeres que sí se impresionan con esto, y es lo que buscan pero otras no. Prefieren mil veces a un chico común,” un Juan del Pueblo que encuentras dondequiera, que a un Brad Pitt”. A ninguna mujer le gustaría tener a su lado a un hombre que se mire en el espejo más que ella! No es que el hombre debe ser abandonado con su apariencia ni mucho menos, pero que eso no sea lo más importante. Un hombre que viste elegante, no importa cómo sea, se ve bien. Hay personas, tanto mujeres como hombres, que no de apariencia hermosa, pero siempre llaman la atención por su confianza, elegancia, y (lo más importante) su actitud.
Actitud, actitud, actitud; esto puede hacer la diferencia. No se crea mejor o peor que nadie, ni pretenda ser alguien que no es, pues corre el riesgo de ser rechazado. ¡Sea usted mismo! Esa es la mejor estrategia.
A cualquier mujer le gusta que la traten bien, pues el físico no lo es todo. Tenga atenciones con ella. Dice un refrán que cada persona tiene a su pareja en este mundo. Quizás a esa mujer que le atrae no se interese por usted, pero una amista o alguien que luego va a conocer si tienen atracción por usted. Tenga confianza en sí mismo, pues tiene cualidades que a alguien le van a interesar. Tal como Dios los creó, Atrévanse a no tener complejos “Lo esencial es invisible a los ojos”.
