«El secreto para tener todo de Dios, es poner tu todo en el Altar. Parece simple, pero no es así.»
Los problemas que la gente normalmente enfrenta son ocasionados por espíritus inmundos, los cuales no se ven por ser espíritus. Por eso, aunque luchas con tus propias fuerzas, nada se resuelve.
El Espíritu de Dios, actúa en la vida de quienes se entregaron a Él; pero también existen los espíritus inmundos, que intentan impedir que las promesas de Dios se cumplan en la vida de las personas.
Tú crees en Dios. Oras, ayunas, lees la Biblia, pero parece que el cambio no llega ¿Por qué? Porque aún no hubo un sacrificio, y esa es la única forma de solucionar un problema.
¿Cuál es la respuesta que quieres de Dios? ¿Hace cuánto la buscas? Pero no hay tal porque entre nuestras oraciones y Dios hay una barrera del infierno que intenta atrasar la bendición.
Si quieres resolver tu problema, no hay otra forma más que el sacrificio. Nadie está exento de sacrificar porque fue el camino establecido por Dios para salvar nuestra alma.
Sacrificio es el camino más corto entre el querer y el realizar. Si no sacrificas, no muestras la fe que expulsa al infierno que impide la respuesta de Dios para ti.
Obispo Macedo
