Cuando la persona muere, el alma se desprende de su cuerpo, y se puede hacer lo que quiera con este cuerpo, pues ya no va a sentir nada, porque ya no tiene alma. Por esa razón cuando estamos tristes, amagardos, felices o con alguna preocupación no es su cuerpo que lo siente sino el alma.
Pero cuando está alma se desprende ¿para dónde va? Depende, a quién la persona haya servido en vida, de quién haya sido su señor.
“ Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos”. Apocalipsis 20:11 Porque huyeron, porque ahora se trata del justo Juez que ahora esta sentando para juzgar, que sólo tuvo misericordia mientras la persona está viva, pero después de muerto no es así.
“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Apocalipsis 20:12
Si tomamos de ejemplo un libro, la persona cuando nace tiene la primera página y en el transcurso de su vida van pasando las otras páginas, hasta que llegue el fin de esa vida. Nadie sabe cuántas páginas del libro le resta y muchas personas se olvidan de esto, y hacen cosas malas con su vida sin importar donde estará su alma después de la muerte.
Entienda, lo más importante es la salvación de su alma, pues eso no tiene precio y el diablo sabe de esto, por esto le da todo lo que usted quiere, para que usted disfrute y haga lo que quiere y así él podrá cobrar su precio, que es su alma.
“Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras”. Apocalipsis 20:13
Cada hecho o actitud que la persona práctica sin que nadie la vea, está registrado y por eso será juzgado.
“ Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” Apocalipsis 20:14-15.
Esto, no es un cuento, esto es un hecho, por está causa usted no puede perder el tiempo, pues Dios quiere salvar su alma.