Ver a un hijo adulto que no sabe demostrar afecto o respeto por los demás es algo que puede entristecer a los padres. Muchos de ellos son responsables por no haber enseñado el amor. ¿Pero hasta donde los padres influyen en la personalidad y en el carácter del niño?
Según la psicóloga Luciana Reis, especialista en psicología hospitalaria, la personalidad de un individuo se forma hasta los 6 años, todo lo que el aprende durante estos años quedara para toda la vida. «La personalidad no cambia. Lo que es posible es tratar de «reenseñar».si se convierte en un comportamiento desviado, a través de la terapia o por una experiencia en la vida «, explica.
Llevar la responsabilidad de lo que el hijo se ha convertido en algo automático para los padres que se esfuerzan por dar la educación ideal. Sin embargo, la desobediencia, la falta de afecto, entre otras actitudes, no son sólo las consecuencias de las acciones de los padres, pero también de la genética y del espacio donde vive el niño. «Si los padres demuestran cariño y amor entre ellos, el niño también tendrá esto en él. Hay padres que no dicen lo mucho que aman a su hijo, que aun tienen dificultad de mostrar lo que sienten. El amor sólo es enseñado ejercitándolo el hijo «, dice Luciana.
La forma de ser de cada uno
Es claro que no hay una cartilla para educar a un hijo, si fuese así, el mundo tendría menos tragedias y malas noticias. Para la psicóloga, los valores y los prejuicios no vienen de los niños, se pasan a través de las actitudes de los padres. «Cabe a ellos encaminar y decir lo que es bueno y malo, para establecer los límites.»
Para ella, por más que los padres enseñen lo que es correcto, cada niño va procesar aquella información de una manera particular. Es por eso que hay padres que dicen que dan la misma educación para todos los hijos, pero cada uno quedo de una manera. «Los padres educan, imponen límites y hacen todo bien. Pero no es el factor interno de cada uno. Hay niños que no necesitan de tantos límites y saben respetar a sus padres, mientras que otros reciben la misma orientación y son diferentes «, destaca Luciana.
Es natural que los padres se culpen y se sientan responsables por ver al hijo irrespetuoso e irse por caminos que no fueron indicados por la educación de ellos. «Esto se debe porque los adultos piensan que los niños son una extensión de ellos, pero no lo son. Ellos son individuos diferentes, con sus propias características, que comprenden el mundo de una u otra forma. »
Es importante destacar que este intercambio de cariño entre los padres no debe ser exagerado en la frente del niño. «el va a entender que hay un sentimiento entre los padres sólo con abrazos y besos, pero una actitud con carácter sexual puede ser demás. El problema es que el niño puede pensar tener lo que los padres tienen entre ellos. Ella tiene que entender la diferencia amor entre hombre, mujer e hijo «, dice la psicóloga.
Para ella, la separación no es un factor agravante para que el niño entienda el amor. «es mejor que ella perciba el respeto que existe entre los padres que viven separados, de que vivir viendo peleas, griterías y falta de afecto”, dice.
Lo importante es entender que el amor no es racional y no puede ser enseñado de forma teórica. «El amor debe ser estimulado y nunca cortado, para que le niño crezca sabiendo cual es el valor de este sentimiento», finaliza Luciana.