Llegué a la Iglesia Universal, buscando la solución a mis problemas, pues me sentía atormentada espiritualmente, no lograba dormir en la noches, veía sombras y tenía la sensación que me tocaban y me susurruban al oído.
Esto hacía que yo viviera atormentanda, con nervios y con ganas de desaparecer, pensando que quitandome la vida tendría la solución a mis problemas. Cada día que pasaba me sentía más acosada, no llevaba una vida normal, porque como no lograba domir en la noche, me sentía debilitada y no podía atender a mis hijos, realmente viví un caos total.
Gracias a Dios recibí la invitación para asistir a la Iglesia Universal, así fue como comencé a participar los viernes de liberación, pues me indicaron que necesitaba ayuda espiritual para ser libre de todos los males, no fue fácil pero poco a poco gracias a la constancia y colocando en práctica lo que iba aprendiendo logré ser libre de todo.
Ahora soy una mujer feliz, puedo dormir tranquila, no escucho voces, ni veo sombras, ya no tengo esa sensación en mi cuerpo como antes, tengo paz y deseos de vivir junto a mi familia a la cual valoro gracias a la bendición de Dios.
Marielis Campos
