Los problemas en mi casa, me llevaron a la depresión y esto hizo que me sumergiera en el vicio del alcohol y del cigarrillo. Pensaba que esto era normal y que de esa forma olvidaría aquello que me atormentaban. Tenía mal carácter y no encontraba paz, empecé a fumar más seguido y de manera constante, mientras más me sentía sola y depremida más fumaba. Cuando ingería alcohol sentía que la cerveza ya no me hacía nada, así que comencé a ingerir tragos más fuertes.
Me separé de mi esposo y la situación empeoró, me quedé sola con mis hijos, recuerdo que los maltrataba, pues tenía un carácter fuerte.
En medio de todo estos males recibí la invitación para asistir a la iglesia Universal y buscar ayuda para abandonar esto que me estaba destruyendo.
No fue fácil pero poco a poco y siendo constante en el tratamiento para la Cura de los Vicios, recibiendo la ayuda espiritual y las oraciones, logré ser libre de todos los males.
Mi carácter fue cambiando, la depresión salió y Dios me llenó de paz, ahora no necesito fumar ni ingerir licor para sentirme segura y olvidar los problemas. Tengo una nueva visión de las cosas y gracias a la fe logré ser liberada por completo y dejar aquello que no me convenía, pues Dios obró dentro de mí y pude abandonar los vicios.