Desde temprana edad Cively Mappari perdió a su madre en un accidente de tránsito, y aunque tenía el apoyo de sus parientes, ella sentía que le hacia falta el amor de madre, y esto la hacia ser una persona deprimida.
“Después de la perdida de mi madre, me convertí en una persona deprimida e impulsiva. Peleaba por todo, no me importaba crear un escándalo a cualquier persona, siempre estaba amargada.
Comencé a refugiarme en el alcohol, inicialmente me sentía aliviada y alegre, pero después de aquellos instantes de supuesta felicidad mi vida seguía de la misma manera. Escuchaba voces extrañas y veía bultos, mis familiares me llevaron a los brujos creyendo que ellos me podían ayudar, pero en aquellos lugares me decían que eso era normal.
Esa era mi vida fumar varias cajas de cigarrillos para calmar mis nervios y beber para olvidar los problemas, no podía dormir en las noches a causa del miedo que me producía ver bultos.
Posteriormente, me enfermé de cáncer en el útero y complicaciones en el corazón, esta situación fue muy devastadora para mi vida, pues me la pasaba llorando y me refugié aun más en el alcohol.
Gracias a una invitación que me hizo una amiga que ya asistía a la Universal, y que fue una oportunidad para darle otro rumbo a mi vida; comencé a participar, primeramente fui totalmente sanada, luego dejé los vicios, y el miedo desapareció.
Empecé a dormir, la amargura y el mal carácter desaparecieron, y ya no me siento deprimida. Hoy puedo decir que soy una mujer completamente feliz”, finaliza Cively.
