El Evangelio del Reino es el mensaje de que Dios va establecer en esta Tierra el Reino de Cristo, del Hijo de David, como el cumplimiento de la alianza con David. Por eso Juan el Bautista proclamaba: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:02 ).
También en el Antiguo Testamento, este mensaje fue anunciado por el profeta Isaías, y más tarde, especialmente por el Señor Jesús:
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto” (Isaías 9.6,7).
«Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo» (Mateo 09:35).
Si en aquel tiempo todo Israel se hubiera convertido, el Reino de los Cielos se habría establecido en la Tierra y el Mesías habría comenzado Su reinado.
Creemos que este Evangelio del Reino será proclamado por los ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todo el mundo, durante la Gran Tribulación, después del termino de la predicación del Evangelio de la gracia.
Pero aquellos que se convirtiesen durante este período serán exterminados casi de inmediato. Es por medio de este contexto que debemos entender las palabras del Señor: «Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin» (Mateo 24:14 ).
Cuando Juan vio el otro ángel volando en medio del cielo, teniendo el evangelio eterno para predicarlo, significa el anuncio del juicio divino sobre todo el mal hecho durante la Gran Tribulación.
La palabra «evangelio» incluye, por lo tanto, los diferentes resultados de las buenas nuevas. Pero el hecho de que Dios hizo anunciar la Buena Nueva del Evangelio de la gracia como el Evangelio de la venida del Reino, y del juicio divino, no significa que exista más de un Evangelio de Salvación, pues la gracia es el fundamento de todas las dispensaciones, y en todas las circunstancias, es el único camino para la salvación del pecador.
Cuenta la historia que Martín Lutero no apreciaba mucho el Apocalipsis, porque tenía la impresión de que el espíritu de este libro no coincidía con el Evangelio. De hecho , el Apocalipsis se centra en el Evangelio del juicio divino, pero manifestando el Evangelio de la gracia.
Es importante saber que el Evangelio del Reino, en contraste con el Evangelio Eterno será predicado a todos los pueblos durante la Gran Tribulación. ¿Y a través de quien esto podría ocurrir, a nos ser en primer lugar por los ciento cuarenta y cuatro mil sellados antes que sean arrebatados, y por la gran multitud de innumerables cristianos, antes de ser ejecutados?
El resultado de la predicación será entonces el juicio de las naciones, por el regreso del Señor Jesucristo. Respecto a esto, el propio Señor habla sobre los últimos tiempos:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos” (Mateo 25:31,32).
En este juicio del Reino, los pueblos serán juzgados de acuerdo con lo que hicieron con el Evangelio del Reino, lo que hicieron o no a Israel, porque «…lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis» (Mateo 25:40 ).
El Evangelio Eterno es llamado así porque procede del Dios Eterno, y su juicio produce hechos eternos, que jamás serán cambiados. Es lo que está escrito: «Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre» (Apocalipsis 14:11 ).