Voy a hablar de algo que, si dejas que te domine, puede destruir tu futuro – ¡qué es muy promisorio!
Un día tuve que tomar una decisión que me dio mucho miedo, pues cambiaría toda mi vida… y realmente la cambió.
Estaba todo muy claro, pero tenía miedo de actuar. Yo sabía que la luz no combinaba con las tinieblas, pero aún así intentaba engañarme.
– Con el matrimonio, él cambia. Con el tiempo, lo convenzo. Yo puedo ser un ejemplo de Dios para él. Dios puede usarme para salvarlo…
Estos pensamientos me debilitaban, me amedrentaban e impedían que tomase una actitud que exigiría un sacrificio muy grande para mí, pues realmente son convincentes, ¿no es cierto?
Así es, no estoy diciendo que todos los casos son iguales al mío, pues existen mujeres que realmente lograron convencer a sus maridos después de algún tiempo de casadas, pero cada caso es un caso, y la pieza clave de todo es la fe.
Siempre tengo jóvenes preguntándome: “¿qué hago en este caso?” Mi respuesta es siempre la misma: “¿Qué es lo que tú tienes fe para hacer? ¿Cuál es TU fe?”
No sirve hacer lo que fulana o mengana hizo si no tienes fe para aquello; no sirve hacerlo solo porque la otra lo hizo y funcionó. El secreto está en la actitud de fe y no en la actitud simplemente. Es la combinación de las dos, sumadas al sacrificio, lo que vence al miedo y te da la certeza. Sin eso, realmente es mejor no actuar, pues el resultado no será el mismo y eso va a causarte frustración, y te hará pensar que no sirve, que contigo no funciona.
¡Sí funciona! Pero solamente cuando la fe sobrenatural esta relacionada a tus actitudes. Ahí sí, ¡puedes ir en esta fe que vas a vencer!!!
Fuente: cristianecardoso.com
