Nadie recibe el Espíritu Santo por casualidad, es necesario desearlo mas que todo. Por esto, dijo Jesús: “…¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!…” (Juan 7:37); el Espíritu Santo tampoco es dado en porciones (Juan 3:34).
Sin embargo, hemos visto una gran diferencia en la actuación del Espíritu Santo en la vida de cada persona que se dice bautizada por Él. ¿Por qué?
Hay dos motivos:
1 – Hay quienes dicen tenerlo pero no lo tienen;
2 – El Espíritu Santo está sujeto y respeta el libre albedrío de aquellos que lo posean, es decir, su intervención depende de las actitudes de quien lo tenga (1Corintios 14:32).
Aquellos que son poseídos por el Espíritu Santo y toman actitudes, en ellos se cumplirá esta palabra: “De aquel que cree en mí… brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:38).
«…y vi que las aguas fluían del lado sur. El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar el agua, la cual me llegaba a los tobillos. Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar el agua, que ahora me llegaba a las rodillas. Midió otros quinientos metros, y me hizo cruzar el agua, que esta vez me llegaba a la cintura. Midió otros quinientos metros, pero la corriente se había convertido ya en un río que yo no podía cruzar. Había crecido tanto que sólo se podía cruzar a nado…«Estas aguas fluyen hacia la región oriental, descienden hasta el Arabá, y van a dar al Mar Muerto. Cuando desembocan en ese mar, las aguas se vuelven dulces. Por donde corra este río, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Habrá peces en abundancia porque el agua de este río transformará el agua salada en agua dulce, y todo lo que se mueva en sus aguas vivirá. Junto al río se detendrán los pescadores… porque allí habrá lugar para secar sus redes. Los peces allí serán tan variados y numerosos como en el mar Mediterráneo….Junto a las orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas no se marchitarán, y siempre tendrán frutos. Cada mes darán frutos nuevos, porque el agua que los riega sale del templo. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas serán medicinales.» (Ezequiel 47:3-12).
Estas medidas representan exactamente la manifestación del Espíritu Santo en la vida de aquellos que toman actitudes, y ciertamente, serán más usadas, pues son una fuente de agua viva. Además de todo esto, es Él quien garantiza la vida eterna.
¿Comprende por qué el Espíritu Santo es primordial?