Deliana comenta que antes era una joven muy triste y vacía. No podía dormir bien a causa de las pesadillas, además veía sombras, sufría de pesadillas y tenía dolores de cabeza constantes. A parte de todo esto, tenía problemas de la tiroides. “Yo era una persona conflictiva, tenían que doparme para que yo estuviera tranquila. El peor momento de mi vida fue cuando mi esposo y yo nos quedamos sin nada, por eso tuvimos que depender de mi mamá, viviendo en un cuarto, sin nada de dinero. Mi esposo tuvo que salir a la calle para vender café, salía muy temprano en la mañana. La presión que sufría de mi familia, por no tener un techo, mi vida propia, vivir arrimada, cuando antes yo tenía una vida formada, fue demasiado fuerte.
Un día, estando ya en la iglesia se presentó la oportunidad de la Campaña de Israel, decidimos participar, manifestamos nuestra fe, renunciamos y entregamos nuestro mayor sacrificio.
Hoy puedo decir con alegría en mi corazón que tenemos nuestro apartamento propio, con todo nuevo, que tanto soñé, gozo de buena salud, ya no dependo de pastillas y en mi matrimonio existe felicidad, todo esto gracias al sacrificio.”.