Después de 10 años de matrimonio, esta pareja comenzó a atravesar fuertes problemas debido a las infidelidades, falta de comunicación y respeto. Empezaron los maltratos físicos y verbales y por ende las heridas se hicieron latentes en el corazón.
El señor Antonio nos comenta, “era un hombre de carácter fuerte, infiel y maltratador. Llegué a tener una amante y pensé que podía contar con el amor de mi esposa y de ella a la vez. Cuando mi esposa se enteró de lo sucedido quería abandonarme por otro hombre,yo no la quería perder y por eso la maltrataba y quería imponerme dentro de la casa. Me sentía mal por todo lo que estaba sucediendo, había tristeza dentro de mi corazón y sin ganas de vivir”
Por otro lado, la señora Soria nos dice que la felicidad que tenía se desvaneció y todo fue derrumbándose dentro de su hogar.
Comencé a notar a mi esposo diferente y eso hizo que desconfiará de él, al enterarme que tenía una amante me sentía triste y sola. No sabía como iba a salir adelante con mis cuatro hijos”.
Pero, una noche en la que el señor Antonio no podía dormir, observó por televisión el programa de la Universal y le llamó la atención todo lo que estaban diciendo. “Decidí ir hasta la iglesia y buscar la ayuda que tanto necesitaba, recuerdo que lloré como un niño al ser tocado por Dios y sentir que estaba siendo limpio de todos los males. Le hice la invitación a mi esposa y participando y perseverando juntos logramos ser bendecidos.
Ahora tenemos paz, las peleas y la desunión desparecieron, hay confianza, respeto, amor y constancia. Dejamos el pasado triste atrás pues Dios nos dio una nueva vida. Entendimos que la fórmula para ser feliz era tener a Dios como base y de esa forma lo hicimos, por eso nuestra familia fue restaurada y transformada completamente