A la edad de 14 años Anthony presenció la separación de sus padres, esto despertó en él un sentimiento de odio hacia ellos y hacia toda su familia.
A causa de esto a los quince años empezó a involucrarse en pandillas, el espiritismo, y se envolvió en la venta y el consumo de las drogas.
“Mi vida estaba completamente destruida a tan corta edad ya frecuentaba discotecas, consumía licor, cigarrillos y drogas. El odio que sentía era tan grande que ni yo mismo me reconocía e incluso en una oportunidad golpeé a mi mamá.
Llegué a robarle a mi propia familia solo por el placer de tener dinero y para demostrarles el odio que sentía hacia ellos. Por otro lado, mi mamá también estaba involucrada en el espiritismo y le habían advertido que yo no iba a llegar a la edad de 18 años.
Con el pasar del tiempo decidí participar en la Universal porque ya tenía pensado en quitarme la vida. Hoy ya tengo 20 años, pero con la diferencia de una vida tranquila, la relación con mi familia cambió, y no tengo vicios de ningún tipo. Gracias a Dios tengo una vida feliz y completamente liberada del odio.” Finaliza Anthony.
