La depresión fue el detonante que trajo detrucción a mi vida, debido a que esto me indujo a los vicios. Me conervtí en una mujer muy susceptible y todo lo que pasaba alrededor de mí me afectaba y me hacía debilitarme, esto hacía que viviera encerrada en mi cuarto llorando y sin ganas de seguir viviendo. Recuerdo que para mí las noches eran un tormento porque al domir sentía que me tocaban y que había una presencia extraña en mi cuarto, todo esto me asustaba muchísimo y hacía que casi no pudiera dormir bien.
Recibí una invitación por parte de mi mamá para participar en la Iglesia Universal, acepté y participé ese viernes con ella en la reunión. Fue algo totalmente diferente y cuando llegué a la casa y fui a dormir pude hacerlo con mucha paz, no escuché voces ni sentí nada extraño en mi cuerpo.
Poco a poco comencé a realizar mi proceso de liberación, dejé el vicio del cigarrillo y las malas compañías. Aquello que me atormentaba desapareció por completo, la depresión y las debilidades salieron de mi corazón y hoy gracias Dios soy una mujer completamente transformada, pues todo los males salieron de mi cuerpo.
Eglys Ramos