Ser golpeada de manera constante por su madre, ver como sus padres se agredían y vivir en medio de muchos problemas hizo que la joven Génesis creciera con depresión y mucha tristeza.
“Verme en esa situación hizo que buscara una salida en las fiestas y el alcohol. Comencé a tomar pensando que de esta forma olvidaría el dolor que sentía. Llegaba tarde a mi casa y como mi mamá veía que estaba ebria más me maltrataba, haciendo que el odio que sentía se hiciera más fuerte, al punto de desearle la muerte a mi propia madre.
Los malos pensamientos abordaban mi mente, quería quitarme la vida. Una señora invitó a mi madre a la Universal, ella comenzó a participar y me extendió la invitación a mí. Al principio no quería asistir, pero poco a poco al ver el cambio en ella, accedí y fui a participar.
En la reunión de liberación logré ser libre de todo el odio que sentía, la depresión y la tristeza desaparecieron y entendí que en Dios tendría salida.
Me aferré al Señor Jesús, dejé que Él obrara dentro de mí y gracias a Dios soy una joven completamente transformada, con paz, tranquilidad y con deseos de seguir viviendo.”