“Fui sanada de artritis y dolencias”

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Padecer de artritis me ocasiona­ba muchas afecciones en las rodillas y en las manos. Esto me imposi­bilitaba moverme con facilidad e incluso no podía subir escaleras.

Recuerdo que en oportunidades no podía ni sostener las cosas en las manos porque me causaba mucho dolor. Mi hermana me hizo la in­vitación a la Iglesia Universal, co­mencé a participar en la reunión de sanidad y fui ungida con el acei­te santo en el lugar de mi enfer­medad, poco a poco fui notando como las dolencias disminuían y perseverando logré ser completa­mente sanada. Ya no tengo ningún dolor, gracias a Dios.

Enilda Melendez

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