¿Ha sido el pasado tu prisión?

Invisibles a sus propios ojos, muchos viven congelados en un tiempo y un espacio que les ha marcado profundamente, sin saber cómo salir de él.

Los malos tratos en la infancia, la pérdida de un padre o de una madre, un accidente, una experiencia en el colegio, una violencia sufrida, una traición, etc… el pasado, por regla general, está empedrado de sucesos felices y otros no tanto. Sin embargo, son los desafortunados o traumáticos los que marcan al ser humano de tal manera que tienen la capacidad de condicionar su presente y futuro. Pero, hay dos opciones para lidiar con el pasado.

UNA VENTAJA

La primera es rendirse a la tragedia o al trauma. Lo que mucha gente hace –y no voluntariamente, sino porque la emoción, la tristeza, la desilusión con relación a lo sucedido es tan grande– es entregarse al dolor y quedarse quieto en ese episodio, reviviendo constantemente lo sucedido.

La otra opción -y la única sana que te dará alguna oportunidad de una vida diferente- es usar el pasado como referencia, aprovechándolo para no repetir los mismos errores y saber qué rumbo tomar. Es usar el pasado a tu favor y aprovecharlo.

RECUERDA QUE:

Nadie tiene control sobre tu pasado o la capacidad de cambiarlo. Así que lo que tienes que hacer es disfrutarlo. Dios promete en Su Palabra: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5).

Esta oportunidad te llegará el domingo 24 de julio, fecha en la que todas las heridas que existen en el alma tendrán la oportunidad de sanar. Busca la Universal más cercano y sana tu pasado, para que tengas un presente feliz y un futuro prometedor.

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