Indignación valiente

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“Cuando el indignado se alía con la valentía, entonces, se levanta en los momentos de desafío y dificultad.”

No, no es lo mismo. Digamos que la indignación es el principio de la valentía, pero no es suficiente. Sino, observa, cuando piensas en una persona indignada, ¿que cualidades le atribuyes? ¿Insubordinación? ¿Indisciplina? ¿Rabia? ¿impaciencia? ¿Falta de visión?… entre tantas otras características, la realidad es que la indignación sin aliarse a la valentía, nunca se logrará el éxito.

¿Y dónde encontramos este “éxito”?
¡En la indignación valiente! El indignado valiente es una persona corajuda, audaz, sin miedo, notable en sus actos. El indignado valiente es aquel que sabe cómo canalizar la fuerza de su indignación en algo productivo , positivo y objetivo.

David fue un claro ejemplo de indignado valiente, pues aplicó su indignación contra una situación vergonzosa para su pueblo y también para su Dios. Pero, ¿será que David apenas vociferó, usó carteles de indignación, organizó manifestaciones contra Goliat? No, él tomó una actitud valiente, pues su indignación hacia su situación así lo exigía.

El mismo Espíritu de indignación valiente que envolvió a David para vencer al gigante, fue el mismo Espíritu que escribió por medio del hijo de David, Salomón, el siguiente proverbio, años más tarde, que perduró durante siglos, hasta los días de hoy: “Si eres débil en día de angustia, tu fuerza será limitada” (Proverbios 24.10)

Fuente: juliofreitas.com

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