Cuando recibimos la noticia de que alguien tomó la decisión de suicidarse, muchos solemos criticar esa acción sin detenernos a pensar porque problemas estaba pasando esa persona para tomar tal decisión. Este casi fue el caso de la Sra. María Chirino, quien comparte su historia.
“La depresión, angustia, soledad, tristeza, insomnio, pesadillas, desempleo y pensamientos negativos eran los problemas que asediaban y robaban la paz de mi vida.
Además de todo esto tenía que lidiar con la responsabilidad de criar a mis tres hijos, a pesar de ser modista no conseguía como ejercer mi profesión. Muchas veces me quedaba cosiendo hasta las dos o tres de la mañana para conseguir el sustento de mi hogar.
Todas estas adversidades me llevaron a tomar la decisión de suicidarme. La soledad y tristeza que embargaban mi alma eran insoportables. Cierto día llevé a mis hijos al colegio y de regreso intenté lanzarme a un carro en movimiento.
Gracias a Dios ese intento fue fallido. De regreso a mi casa recibí la invitación para asistir a la Universal, la cual acepté de inmediato.
En la primera oportunidad participé de la reunión y cada vez que lo hacia escuchaba palabras de fe, ánimo y entusiasmo. Fue así que poco a poco mi vida empezó a ser transformada. Claro está, no fue nada fácil, tuve que ser perseverante y paciente.
Aprendí a poner en practica todas las enseñanzas que los hombres y mujeres de Dios me daban. Hoy puedo decir con total convicción que soy una persona completamente transformada y libre de todos esos problemas”.
