Usted quiere que él la entienda y que le de más atención. Sin embargo, ¿Será que usted ha hecho lo mismo por él?
En mi opinión, una de las cosas más interesantes de la creación de Dios es la diferencia que existe entre el hombre y la mujer. Son esas diferencias las que complementan a ambos. ¡Mujeres, eso es grandioso! Aquello que usted no tiene, lo tiene su marido; y aquello que él no tiene, lo tiene usted. – ¡Perfecto!
Infelizmente, durante muchos años, yo no siempre vi las cosas de esta manera. Yo quería que mi esposo pensase, actuase, y se comportase como yo quería. Además quería que a él le gustase lo que a mí me gustaba. Es difícil reconocer cuán injustas somos a veces.
Para mí, atención significa que el me mire a los ojos, que me pregunte cómo estoy en aquel día, que se interese en lo que pienso y adivine cómo me gustaría ser abrazada y acariciada en aquel momento. En cambio para él , la atención no tiene nada que ver con eso… y es ahí donde uno lastima al otro. Mientras que el me dé la atención que a ÉL le gustaría tener, y yo le dé la atención que a MI me gustaría recibir; ninguno recibe la atención que quiere.
En cambio para mi esposo, la atención significa tenerme cerca aunque este quieta. El no quiere conversar y sí saber que estoy a su lado. Es ayudarlo de alguna manera en su trabajo. Es dejar sus cosas arregladas y comprenderlo en sus horas de estrés. Es respetarlo en las horas en las que yo quiero una cosa y él no. Cuando yo entendí eso, él también entendió el tipo de atención que yo quería. No porque yo se lo impusiera a él y sí porque él fue inspirado por la atención que comencé a darle a él.
Todo marido quiere atención y no es necesariamente el mismo tipo de atención que la que quiere mi esposo. Usted que es esposa precisa conocerlo lo suficiente para saber qué tipo de atención necesita su marido. Y así, él le pueda dar la atención que usted quiere.
Fuente: cristianecardoso.com