La plaga del sentir

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AVISO: el siguiente texto puede ser ofensivo para los súper-sensibles.

El gran mal del ser humano es colocar los sentimientos antes que la inteligencia. Las personas están más preocupadas por lo que sienten que por entender lo que pasa con ellas y en el mundo a su alrededor. Por eso se equivocan. Por eso se deprimen. Por eso se debaten.

Mientras yo sentía mis problemas de matrimonio, estos crecían. Cuando comencé a usar mi mente e ignoré mis emociones, fuimos solucionándolos uno a uno.

Las personas que viven por los sentimientos reaccionan sin pensar ante lo que les sucede. Raramente preguntan “por qué”, buscando realmente entender lo que está sucediendo y cuál es la mejor manera de actuar.

¿Por qué son así?

  • Porque cuando su esposa lo está haciendo enojar, es más fácil levantarse, golpear la puerta e irse al bar.
  • Porque cuando alguien le dice algo que a usted no le gusta, es más fácil atacar a esa persona, insultarla y denigrar su carácter.
  • Porque es más fácil continuar creyendo en la bonita historia que siempre le contaron.
  • Porque cuando usted se siente decaído, es más fácil dejar caer los hombros, quedarse en casa con ropa de enfermo y llamar al patrón diciendo que no va a poder ir a trabajar.
  • Porque cuando alguien lo desafía a pensar y a ser mejor, es más fácil ignorar lo que él dice y creer que es un snob.

Las personas que viven por lo que sienten son inteligentes también. Solo que todavía no aprendieron la inteligencia emocional — es decir, conocerse a sí mismos y a los demás, sus reacciones emotivas, y no dejar que las mismas lo dominen.

Quien es dominado por el corazón sentimental paga un alto precio en la vida. El mayor de esos es el de vivir engañado.

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Jeremías 17:9

Obispo Renato Cardoso

 

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