renuncia

¿Cómo puede el hombre de Dios participar efectivamente de los planes del Espíritu Santo, en los días actuales? La respuesta es simple: “RENUNCIA”. El precio no es barato, al contrario.

La única razón por la que el Espíritu Santo todavía no actuó se debe al hecho de no haber encontrado un hombre de Dios con un corazón dispuesto a la renuncia, que no abrigue en él resquicios de sentimientos mundanos.

Por lo tanto debemos, orar, ayunar, luchar y olvidarnos de nosotros mismos, mantenernos siempre sensibles al Espíritu Santo. Mantener absolutamente limpia la conciencia de cualquier pecado, por pequeño e insignificante que sea.

La plenitud de Dios está dentro de nosotros, y es necesario con urgencia lanzarnos en cuerpo, alma y espíritu contra las potestades del infierno, para arrancar las almas de su dominio.

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Un comentario en «La renuncia»

  1. buenas noches de verdad como se describe solo renunciando podemos ver los resultado en todo y aun mas con Dios aunque cueste mas el resultado sera la bendicion que se lograra a cambio de lo determinado

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