«Mi vida era un completo desastre, padecía con males espirituales que me atormentaban constantemente.
Recuerdo que sentía que se me subían en la cama, no lograba dormir, me daba pánico y esto alteraba mi carácter. En la casa peleaba con mi esposo, con mis hijos debido a esta situación. En ocasiones busqué ayuda en la brujería pensando que encontraría la salida para ese mal. Pero, no fue así las cosas empeoraron.
Gracias a Dios recibí una invitación para asistir los viernes de liberación a la Iglesia Universal. Decidí participar y buscar la ayuda espiritual que tanto necesitaba.
Al recibir las oraciones sentí como si un peso saliera de dentro de mí, poco a poco logré dormir bien y tener paz, ya no tenía esas sensaciones extrañas y mi carácter fue siendo más dócil. Hoy estoy completamente libre, con una familia bendecida gracias a la fe.»
Keis Aguilera