El liderazgo del hombre de Dios es incuestionable, pero es muy importante observar que éste es estrictamente en el campo espiritual. Él jamás puede confundir su liderazgo espiritual con el liderazgo físico o material de un jefe o propietario de una empresa secular. La obra que él lidera es de Dios, que es el único Señor, y él aún con la autoridad espiritual, necesita tener siempre en mente que aún así él es un siervo con mayores responsabilidades que algunos otros siervos.
El Señor Jesús dijo: “El que es el mayor, sea vuestro siervo” (Mateo 23:11). Lo que significa que cuanto mayor es el liderazgo del hombre de Dios más siervo él será. En otras palabras: cuanto más siervo es el hombre de Dios, más responsabilidades espirituales él tendrá.
Ha sido muy común en el medio religioso traer el mismo espíritu de liderazgo que hay en el medio empresarial; aquel espíritu de imposición administrativa que hay entre aquellos que mantienen el poder de decisión en las empresas que solamente mira el lucro financiero. Es lo que, infelizmente, ha sido absorbido por muchos líderes espirituales que, justamente por causa de eso, han perdido la visión espiritual para la cual han sido llamados.
Es por eso que el espíritu del mundo tiene entrada en la Iglesia del Señor Jesús, pues muchos de sus siervos han confundido la autoridad y poder espiritual de siervos con autoridad y poder de señores. Esto ha sido la puerta de entrada abierta al orgullo y la prepotencia en el seno de la Iglesia del Señor Jesús. Muchos hombres de Dios se han dejado llevar por el Espíritu de “señor” de este mundo en vez de mantener la condición de siervo en el Espíritu del Señor Jesús.
Fue justamente por esa razón que en una ocasión el Señor Jesús, tomando una toalla y un barreño de agua comenzó a lavar los pies de Sus discípulos. Él que es el Señor de Señores; Rey de Reyes, Dios Todopoderoso; Señor de los Cielos y de la Tierra, se inclinó para lavar los pies de aquellos que nada eran, sino sus seguidores. ¿Y qué es lo que Él espera de nosotros en relación a los otros? Él quería decir que sus seguidores no deben hacer uso de la autoridad que de Él recibieron para pisar a los demás, sino considerarlos hasta más importantes que a ellos mismos.
“Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.” (Mateo 23:12)
Muchos hombres de Dios se han dejado llevar por el Espíritu de “señor” de este mundo en vez de mantener la condición de siervo en el Espíritu del Señor Jesús.