“Lo muy dulce empalaga”

muy-dulce

Esa expresión es muy común cuando las personas exceden los límites.

¡Y también podemos aplicarla a la hospitalidad!

La exageración, incluso en la atención, puede transformar momentos alegres en “molestos”…por eso, la primera cosa que debemos organizar cuando vamos a recibir visitas es:

  • El número de personas que van a llegar
  • Cuántos días se quedarán
  • Sus gustos personales

Claro que una buena anfitriona se ocupa de todo, y no quiere que les falte nada. Sin embargo, cuando hay exceso, damos la impresión de desperdicio ¡y eso no está bien!

Incluso en ese momento el equilibrio es fundamental y eso lo aprendemos todos los días.

Para mí, nuestras visitas no deben sentirse “visitas” , sino deben sentirse “de casa”, de esa manera suplimos sus necesidades sin pasarnos de los límites.

El consejo de hoy es:

No cansarnos de hacer el bien, pero ¡sin sofocar a nuestros huéspedes!

Les dejo unos consejos que pueden ayudarles:

  •   ¡Sirva variedad más que cantidad!
  •   A la hora de servir es mejor en pequeñas bandejas.
  •   Tenga siempre el plan “B”, ¡ellos pueden pedirle cosas que usted ni se imagina!
  •   Cosas para el baño: todo nuevo pero sin el envoltorio, ¡sin exagerar!

Adelante… Vamos a disfrutar de momentos o días maravillosos con nuestras visitas, y ellos van a pensar:

“Parece que estoy en casa…”

**Texto del blog de Cristiane Cardoso

 

 

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