“Llevaba una vida estable, donde no me faltaba la comida y el dinero me permitía cubrir las necesidades básica. Trabajaba en jornadas completas que no me permitían compartir mucho con mis hijos y obtener cosas mayores. Por ese motivo dentro de mí nació la inconformidad porque deseaba obtener mi casa propia, un auto, tener la condición de salir de vacaciones con mis hijos, formar mi propia empresa, en fin una vida totalmente próspera.
Al llegar a la Iglesia Universal y comenzar a participar en el progreso económico, trajo a mi vida la superación personal que tanto necesitaba, mi visión fue expandida y logré realizarme económicamente, pues logré establecer mi empresa, tengo un auto, mi casa, el tiempo para compartir con mi familia y salir con mis hijos.
A través de la perseverancia y la enseñanza que iba recibiendo obtuve las herramientas necesarias para vencer y continuar luchando por mis sueños. Así que cada día sigo adelante con fe que Dios bendice cada paso que doy”.
Elizabeth Marquez