“Viví en la miseria, muchas veces no tenía nada para comer. Tuve que atravesar fuertes luchas y esto me hacía vivir de favores.
El sueldo de mi esposo no nos alcanzaba, no podía darle lo mejor a mi hijo y esto hacía que me llenara de mucha frustración y tristeza. Las necesidades iban aumentando haciéndome sentir sin salida.
Recibí la invitación para ir a la Universal y participé en el Progreso Económico donde mi visión fue abierta al punto de querer establecer mi propio negocio y salir de la vida que llevaba.
Poco a poco comencé a alcanzar las metas que me iba colocando, logré estudiar y prepararme. Hoy estoy muy feliz porque gracias a Dios mi vida es otra, ya no tengo necesidades, tengo mi propia casa y puedo darle lo mejor a mi hijo sin depender de nadie, pues Dios me bendijo grandemente.”
Sra. Adriana Damaso