Práctica común en los tiempos bíblicos, tanto en la Antiguo como en el Nuevo Testamento, el ayuno consiste básicamente en la disminución o supresión de la dieta alimenticia por un tiempo determinado. El motivo principal es “matar la carne”, metafóricamente hablando: no ceder a los deseos del cuerpo y privilegiar el espíritu, orando y meditando en la Palabra de Dios.
Descubrimientos recientes muestran que dejar lo físico un poco de lado en lo que se refiere a alimentación acaba beneficiandonos. Un amplio estudio realizado por el National Institute on Ageing, de Baltimore, Estados Unidos, concluyó que ayunar en días alternados puede ayudar al mantenimiento del cerebro generando longevidad y salud en general.
El estudio, recientemente divulgado en el encientro anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, en Vancuver, Canadá, mostró que el ayuno también ayuda al cuerpo a combatir dolencias degenerativas comúnmente ligadas al avance de la edad, como el mal de Parkinson o de Alzheimer.
Mark Mattson, coordinador del laboratorio de neurociencias del instituto, dice que disminuir el consumo de calorías puede ayudar al cerebro, pero una pequeña
reducción no es tan buena como casi parar de comer en ciertos momentos. “Puede ser mejor alterar períodos de ayuno, ingiriendo prácticamente nada, con períodos en que la persona come más a su voluntad”. Mattson considera suficiente reducir el consumo duario a cerca de 500 calorías en esos períodos de comer menos – dos veces por semana, por ejemplo -, para comenzar a sentir los beneficios.
Pruebas
En experiencias de laboratorio en el NIA, algunos ratones de laboratorio recibieron un mínimo de calorías en días alternados. Ellos vivieron el doble que los que comieron normalmente. Según Mattson, como los animales del primer grupo comían menos, su cuerpo necesitó producir menos insulina. Altos niveles de insulina son asocidados a disminución de la función cerebral y al mayor riesgo de diabetes.
Los ratones sujetos al ayuno también presentaron mejor desarrollo de nuevas células cerebrales y más resistencia al estrés. Además fueron menos sujetos a problemas equivalentes al Parkinson o el Alzheimer. El científico declaró que estudios con humanos también mostraron estos beneficios y mayor protección en cuanto a dolescias como el asma. “Restricción energética en la alimentación aumetna el tiempo de vida y protege los sistemas cardiovascular y nervioso, centro de males comunes al envejecimiento”. Las investigaciones continúan.
No es por eso que alguien va a dejar de alimentarse directamente. Antes de hacer alguna modificación, es bueno consultar a su médico de confianza. No todos pueden comer o dejar de comer determinados alimentos. La capacidad de procesarlos y las necesidades de ciertas cantidades de cualquiera de ellos varían mucho de persona a persona. El profesional de la salud es quién puede determinar lo que cada uno puede o no comer, de acuerdo con la realidad de ese cuerpo en especial. Mucha gente come algo que perjudica su vida entera, o deja de comer algo que la ayudará a mantener su salud, por falta de información. También es es bueno el acompañamiento de un nutricionista.
Ayuno cristiano
Para los cristianos protestantes no hay fechas específicas para ayunar, como sucede en otras creeincias. La Biblia mientra bien la cuestión de “matar la carne” para “alimentar al espíritu”. La persona persive que es capaz de vencer motivos egoístas, deseos que lo apartan de Dios y así aproximarse más a Él.
Además el ayuno no se refiere solamente a alimentos y líquidos. Dejar de lado por un tiempo determinado cualquier cosa o hábito considerado por la persona como indispensable. Hay quién deja de lado ciertas golosinas tildadas de irresistibles, como también hay aquellos que dejan su tiempo para el fútbol por cierto tiempo, o algún otro hobby. Los ayunos de Daniel promovidos por la IURD, por ejemplo, millones de personas abren mano del entretenimiento de la televisión, música o internet por 21 días, mientras oran y estudian la Palabra con los obispos y pastores.
El ayuno no es solo la supresión de algún alimento o actividad. Debe ser acompañado de meditación en la Biblia o en otros libros concernientes a ella, además de mucha oración. La abstinencia temporaria, alimentarse o no, también debe ser hecha de acuerdo con la salud de la persona, con factores como edad… Ayunando, el cristiano puede sentirse más fuerte espiritualmente, más resistente a tentaciones y al avance del enemigo.
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?”
Isaías 58:6
Hay quién se vanagloria de estar en ayuno, queriendo mostrar ser “más cristianas” y poderosas, porque privilegian la propaganda en detrimento de la entrega real a Dios. En realación a eso, un mensaje del propio Mesías – que se retiró al desierto para ayunar y orar por 40 días, resistiendo al diablo, que intentó seducirlo con falsas promesas:
“Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro,
Para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Mateo 6:16-18