“Pero cuando la nube se retiró de sobre la tienda, he aquí que Miriam estaba leprosa, blanca como la nieve. Y cuando Aarón se volvió hacia Miriam, vio que estaba leprosa.” (Números 12.10)
Muchas personas han mirado hacia aquellos que deberían ser un ejemplo a seguir y los ven como muertos vivientes, cuando en realidad deberían mirar hacia aquellos que sirven a Dios y verlos como vivos para Dios y muertos para el mundo.
Ahora, Miriam estaba ante Moisés, Aarón y más de 3 millones de personas como realmente era, o sea, por dentro. El interior de Miriam, lo que era invisible, que nadie veía, ni el propio Aarón (ya que era cómplice), fue revelado.
Aarón no tenía agallas para hablar con Dios, aún siendo sacerdote, debido a su complicidad con el error de su hermana mayor. Cuando erramos deliberadamente, no tenemos cara para hablar con Dios.
Una persona que no es HUMILDE o FIEL a Dios en TODO, ¡procede locamente! contrariamente a una persona que tiene el Espíritu Santo, que no sólo se autodomina a si misma, sino que también domina al pecado. Una persona que procede contra el espíritu de HUMILDAD, FIDELIDAD, o de SUMISIÓN A DIOS, procede locamente, pues se vuelve una piedra de tropiezo para sí y para los demás.
Observa que Aarón rogó a Moisés y no a Dios. Ahora el veía a Dios en Moisés, y no sólo como su hermano pequeño. ¡MOISÉS, AHORA, A SUS OJOS, ERA EL PROFETA DEL SEÑOR! Y él reconocía, que si hubiera sido HUMILDE y FIEL como Moisés, quien sabe si Dios no le hablaría Cara a cara, boca a boca, como hablaba a Moisés, pues con Aarón Dios hablaba solamente a través de sueños, visiones y de Moisés. Sin embargo, Aarón fue humilde y reconoció su error.
Luego Miriam, se volvió como un “aborto”, o sea, cuando una persona no es MANSA, HUMILDE o FIEL A DIOS EN TODO, sea quien sea, se vuelve como un “aborto”, en vez de ser un “generador de hijos para Dios”. Dios nos llamó para ser “generadores”, “multiplicadores”, haciendo discípulos de todas las naciones. Sin embargo, cuando hay rebelión, orgullo, desobediencia, y falta de FIDELIDAD, tal persona se vuelve un “aborto”, una cosa fea, incompleta, algo que fue interrumpido. ¿Y cuántas personas conocemos en estas condiciones? Que incluso comenzaron bien, pero , debido a los malos ejemplos, de un espíritu de infidelidad o rebelión, se volvieron “abortos”.
Moisés rogó por Miriam, probando su HUMILDAD. Observa que esto sucede cuando una persona no es una piedra de tropiezo, o sea, no sólo cuida de si misma, también cuida de los demás, en vez de condenar. ¡Y el hombre de Dios hace esto!
El propio Señor Jesús no fue piedra de tropiezo, pues afirmó que no vino para juzgar o condenar. ¡Sino que fue la Roca de Salvación! Quien en Él sea edificado, jamás será avergonzado.
Fuente: juliofreitas.com/es