La sra. María Auxiliadora llegó a la Iglesia Universal totalmente destruida.
«A raíz de un accidente que sufrí estaba de gravedad, duré seis meses hospitalizada a causa de las complicaciones. Los médicos no me daban esperanzas y estuve en silla de ruedas. Por más que tenía fuertes tratamientos no lograba salir de la situación en la que me encontraba.
Además de esto mi familia estaba totalmente destruida y con males espirituales. Cuando recibí la noticia por parte de los médicos que ya no podrían hacer nada por mí me desesperé, busqué ayuda en la brujería pero no encontré respuesta.
Recibí la invitación para asistir a la Iglesia Universal y decidí participar porque mi vida era verdaderamente un caos. Poco a poco recibiendo las oraciones fui viendo la mejoría, pude caminar, mi salud se estabilizó y los exámenes arrojaron buenos resultados. Mi familia también fue bendecida y logramos ser libre de todos los males.
Gracias a Dios hoy soy una mujer sana y llena de vida pues el Señor Jesús obró en mi ser.»