“Me habían diagnosticado cáncer en el pulmón, problemas en el hígado y tenía un dolor en el pecho; pues desde hace mucho tiempo estaba presentando todas estas enfermedades.
Comencé a participar en la reunión de los Setenta los días martes, y a pasar por el camino con mucha fe y determinación, porque ya no aceptaba estar con tantas enfermedades en mi cuerpo.
Después de haber participado y recibido las oraciones, me realicé nuevamente los exámenes de rutina y gracias a Dios desaparecieron el cáncer, los problemas en el hígado y el dolor que sentía en el pecho.
Realmente me siento muy bien, pues le doy gracias a Dios por haberme sanado, y sobretodo librado de la muerte.” Concluye el Sr. Reinaldo Cordero.