Mis sueños se desvanecieron cuando los médicos me desahuciaron al descubrir que tenía leucemia y los tratamientos que necesitaba eran muy duros, además de eso el insomnio no me permitía descansar el tiempo suficiente para recuperar las fuerzas que perdía durante el día cansada de todo, la tristeza inundaba mi corazón, pues me sentía sola y abandonada porque mi esposo no tenía ningún tipo de consideración conmigo, era vicioso y se gastaba todo el dinero en los juegos de azar, a tal punto que llegamos a perderlo todo.
Viendo todos mis problemas y que por mi condición no era capaz de resolverlos, busqué una solución en la brujería, pero eso no me ayudó en nada, sólo dejó en mí un sentimiento de frustración por causa de ser otro fracaso en mi vida. Cuando ya no tenía ninguna esperanza de ser feliz, me invitaron a participar en las reuniones de fe por la liberación y la restauración de la familia, fui curada de la enfermedad que padecía y hoy en día tengo un matrimonio lleno de amor, respeto, comprensión y cariño. Gracias a Dios.