“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. Marcos 16:15
Somos criaturas de Dios, pero observemos la condición para ser salvo, pues no basta solo oír la palabra o venir a la Iglesia para participar en una reunión. “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”. Marcos 16:16
El bautismo en las aguas significa sepultamiento de la vieja criatura. Cuando la persona tiene conciencia de sus pecados y errores, de la mala vida que lleva, está arrepentida y toma la decisión porque ella cree, toma el bautizo como arrepentimiento de sus pecados enterrando a la vieja criatura. Entonces el comportamiento cambia, no es algo automático, la persona tiene que querer cambiar, pues una persona que tiene mal carácter o mal comportamiento aparta a las personas de ella y vive sola, pues a nadie le gusta estar al lado de una persona que trata mal, que ofende con palabras, que es perversa, vengativa, etc.
Por ejemplo, existen personas que están en la promiscuidad, en los vicios, etc., y no quieren ser así. Si usted quiere cambiar el primer paso es que este arrepentida y no es remordimiento sino arrepentimiento sincero, pues está decidida a no hacerlo nunca más. Si la persona no cree, así como está escrito… “mas el que no creyere, será condenado” Marcos 16:16
No existe otra opción, sino la condenación eterna. Existen personas que dicen conocer la historia, que ésta fue contada por sus abuelos que ellos murieron y listo. Pero en verdad no es así, porque sino la palabra de Dios sería mentirosa, pues la biblia cuenta la historia de dos hombres que murieron, uno fue sepultado y el otro fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El que fue sepultado, en el infierno gritaba y suplicaba para salir de aquella agonía. Pero, ¿él no estaba muerto? entonces ¿qué era lo que estaba en tormento? el Alma. Y cada persona tiene una, la que siente tristeza, dolor o angustia, de donde vienen los sentimientos.
Además de vivir una vida aquí triste e infeliz en este mundo, vivirá una eternidad condenada al infierno. Pero, ¿qué debo hacer para no tener el alma condenada? Tomar la decisión de entregar su vida a Jesús. “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame». Lucas 9:23
Así que lleve las cosas de Dios en serio, recuerde que la vida es una sola.