La semana pasada trajo noticias tristes, muchas de ellas relacionadas a conflictos entre padres e hijos. Situaciones que nos hacen pensar lo cuanto las personas están distantes del Señor Jesús. Dos de ellas realmente son de dejar nuestra cabeza alborotada, pensando en cuestiones sobre las relaciones familiares y Dios.
La primera sucedió en los Estados Unidos. Se trata de la historia de una niña cuya madre la dejó encerrada durante dos años en un armario de la casa donde vivía y quedó aislada del convivencia con sus hermanos, porque se “parecía mucho a su padre”. Todo empezó cuando la niña, llamada Georgia (foto), tenía solo 3 años.
En el periodo que pasó presa, ella era obligada a utilizar sus propios cabellos como “cobija” para no sentir frío. No podía siquiera usar el baño. Su madre dejaba un recipiente en el local donde la niña quedaba encerrada para que ella usase como bacinilla.
Cuando los policías encontraron a la niña, ella pesaba poco más de 8 quilos y tuvo que ser hospitalizada porque estaba severamente desnutrida. Ella vivía separada se sus hermanos, que vivían en la misma casa. Georgia tenía dificultades para comunicarse. La madre biológica fue condenada a 40 años de prisión por el crimen, y no podrá dejar la cárcel por lo menos por 18 años.
La otra noticia sucedió esta semana y está en la portada de todos los periódicos brasileros y fue noticia también en todo el mundo. Una pareja de policías militares y su hijo de 13 años fueron encontrados muertos dentro de su propia casa la urbanización Brasilandia, en el estado de Sao Paulo. También fueron muertas la abuela y tía-abuela del niño.
Ahora, la noticia viene causando divisiones de opiniones: la policía trabaja con la hipótesis de que el niño fue el autor de los asesinatos y que después se suicidó. Él habría matado a tiros – con el arma de su madre – a sus padres, a la abuela y a la tía-abuela, agarró el carro de la familia para ir a la escuela, asistió clases y, al regresar a la casa, se suicidó con la misma arma. Independientemente del resultado que puedan apuntar las averiguaciones, surge un cuestionamiento inevitable, y esto en relación a los dos casos: ¿qué tipo de relación existe hoy entre padres e hijos que puede llevar a estas situaciones?
Los dos episodios recuerdan a muchos otros que vienen sucediendo últimamente en diversos países y que son difíciles de ser olvidados.
En Marcos 13:12 está escrito: “El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán.” La Biblia ya hablaba que llegaríamos a tiempos como estos, en que habría conflictos entre hermanos, padres e hijos.
En este momento, lo importante es saber qué sucedió en todos estos casos y qué motivó a tales actitudes. Pero en todos hay un eslabón, independientemente de quien practicó el crimen: la falta de Dios en el corazón.
Puede parecer improbable, pero, para el que tiene una relación con Dios y comprende el principal mandamiento del Señor Jesús, es así que funciona. La falta de Dios en la vida de las personas es una señal de los tiempos que se presentan. Manténgase al lado de él y propague lo que ÉL dice: “Que os améis unos a otros, como yo os he amado.” Juan 15:12