Usted que perdió un hijo y no logra recuperarse de la pérdida; se olvidó de vivir y se entregó al luto y a la tristeza – todo mi respeto y comprensión. Dura cosa es para un padre o una madre enterrar a un hijo.
Sin embargo, llegará un momento en que usted tendrá que pensar: mientras llora, sufre y se arrastra en cenizas, está desperdiciando lo que su hijo o hija más amaba y perdió – la vida.
La mejor forma de que usted lidie con ese dolor es decidir no desperdiciar lo que su hijo perdió. Viva una vida que honre la memoria de él/ella.
El dolor es una elección.
Mi oración hoy es por usted. Que Dios le bendiga y le ayude a curar su interior.