Cuando estamos decididas a vivir por la fe, para ser separadas, vivir de manera diferente de las demás personas, tenemos que dejar a un lado todos los sentimientos, y no seguir al corazón, sino a la razón.
Si en este momento se detiene y recuerda a todos los que comenzaron con usted, a seguir la fe en Dios, y hoy ya no están más, estas personas se detuvieron en el tiempo, acomodadas, llenas de dudas y con sus vidas vacías. De repente se pregunta ¿por qué estaban aquí ayer y hoy no están más?
Me gustaría compartir con usted amiga, que cuando llegué a la iglesia, traje un primo muy querido, como un hermano, que en el inicio estaba en el primer amor, era muy dedicado con las cosas de la iglesia, mucho más que yo, pero con el tiempo comenzó a enfriarse. Al principio nadie se daba cuenta, porque siempre tenía la excusa de trabajar demasiado. Éramos obreros 2 años, y un día él decidió salir y abandonar todo. Me sorprendió mucho, pues todos nuestros intentos de hacerlo volver fueron en vano.
¿Por qué hablo de esto? Porque sé que si usted, amiga lectora, no vigila y coloca las cosas del reino de Dios, como una prioridad, el tiempo será su enemigo y el enfriamiento sucederá de una manera u otra, sin explicación, y pondrá colocar su salvación en riesgo, o incluso la perderá.
«Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia…»
Rosemary Gomes.
Fuente: http://marciapaulo-botswana.blogspot.co.uk