¿Qué es el síndrome del espejo?

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Verse en el espejo, vigilar la apariencia y cuidar el cuerpo es algo natural. Pero algunas personas no se sienten conformes con su aspecto, y estos pensamientos y preocupaciones le atormentan hasta el punto de convertirse en una obsesión.

Cuando existe una preocupación constante y excesiva por algún defecto físico percibido, real o imaginario, se le conoce como Trastorno Dismórfico Corporal. Si dicho defecto existe, la ansiedad experimentada es alta porque lo perciben de modo exagerado. Esta enfermedad causa un malestar psicológico significativo que deteriora su desempeño social y laboral, y puede manifestar depresiones severas, aislamiento y exclusión social.

Esta preocupación tiende a ocurrir en especial durante los años de la adolescencia o adultez temprana, que es cuando se atraviesa por muchos cambios y se desconocen sus causas exactas. El Trastorno Dismórfico Corporal se da principalmente en mujeres, sin excluir a los caballeros. Las personas que lo padecen tienden a quejarse de su rostro, calidad de su piel, la forma del cuerpo y las cicatrices.

¿Quiénes lo sufren?  

Generalmente son personas que sienten una necesidad irresistible de «perfección» y la búsqueda  de alternativas para verse mejor. Según la Dra. Nohemi Ramos, médico cirujano con formación en medicina láser del Centro Láser de Estética Integral (CLEI), comenta que algunos pacientes pueden gastar grandes cantidades de dinero en intervenciones cosméticas que nunca los satisfacen por completo y podrían terminar desfigurando su físico y poniendo en riesgo su salud, sobretodo al acudir a sitios de ofertas engañosas o de calidad dudosa.

“Suelen buscar ayuda de profesionales médicos para tratar de conseguir la perfección sin lograr lo que realmente desean. Es posible que aunque su apariencia ha cambiado, su forma obsesiva de pensar siga presente y comenzarán a enfocarse en otra imperfección”, afirma la Dra. Katiuska Rivera, médico cirujano con formación en medicina fotónica del CLEI.

Lo importante en estos casos es hacer una evaluación e historia completa del paciente y, con un adecuado manejo del problema, se les ofrece lo que realmente necesita y no lo que el paciente solicita. Se indica circuitos de tratamiento según las necesidades individuales, entre los tratamientos más adecuados con resultados naturales está la colocación de Toxina Botulínica  que evita la aparición de arrugas, especialmente en el tercio superior del rostro, y a esto se le adiciona mejorar la calidad de la piel con Luz Pulsada Intensa, la cual mejora la apariencia de poros dilatados y unifica la coloración de la piel.

Lo recomendable es que el paciente visite o sea referido a un psicólogo para que desarrolle una comprensión mayor del problema, mental y no físico, y pueda corregirlo, con ayuda del médico tratante.

Fuente: revistadominical.com.ve

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