Quizás aquella persona no esté pensando mal de usted.
Quizás su amiga no le saludó en el pasillo porque su mente estaba en otro lugar.
Quizás su esposa/esposo tenga la razón, en el final.
Quizás la ropa de ella está apretada porque ha ganado un poco de peso y no porque es una desvergonzada o porque quiere llamar la atención.
Quizás él no hizo esto a propósito.
Quizás lo que usted escuchó hablar de aquella persona es porque quieren perjudicarla. Intriga de la oposición.
Quizás aquella historia tan convincente denegriendo a alguien es apenas una mentira bien contada — o no es la historia toda.
Quizás no es nada de eso que usted piensa.
Quizás aquella crítica fue porque la persona que la hizo se siente inferior a usted y no porque su desempeño haya sido malo.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas.Lucas 11.34
Crea en lo mejor, hasta que se pruebe lo contrario. Y cuidado con lo que las personas llaman de “pruebas”.
Pero no sea ciego.
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Obispo Renato Cardoso