“Mi nombre es Alexander Cabrera, hoy en día soy propietario de un frigorífico, cuento con mi propio apartamento, además juntamente con mi esposa aperturamos un abasto charcutería, donde gracias a Dios nos va muy bien. Pero, no siempre fue así, antes llevaba una vida muy precaria, vivía en un cerro en una casa que practicamente no se podía habitar, tenía que pagar alquiler y a pesar de que trabajaba el dinero no me alcanzaba para nada. Esta situación hizo que tuviese dentro de mí una indignación por la situación, pues ya no sabía qué hacer. Fue así, que recibí una invitación para asistir a la Iglesia Universal y participar en el Progreso Económico, acepté y fui a la reunión, claro que las cosas no cambiaron de la noche a la mañana. Sino que poco a poco mientras iba colocando en práctica lo que recibía en las reuniones Dios fue abriendo las puertas, haciéndome un comerciante exitoso y lleno de mucha visión. Ahora puedo dar fe que Dios existe y que con fe es posible conquitar y salir adelante”.
