Anteriormente estaba fracasado en la vida económica y en el negocio. Era un hombre que estaba sumergido en los vicios y lo poco que tenía lo gastaba en ello. Las puertas estaban cerradas, prácticamente me iba mal en todo. Tenía problemas en la familia, no lograba llevar el sustento para el hogar y no tenía buena comunación con mi esposa.
Me realizaron la invitación para asistir al Progreso Económico y decidí asistir. Mi visión fue abierta, mi negocio comenzó a salir a flote y las ganancias no se hicieron esperar, poco a poco las puertas se fueron abriendo y pude ir estabilizando mi vida.
Dios obró en mí liberándome de los vicios y de los males, al igual que en mi familia dándome una transformación y bendición completa.
Ahora mi vida es próspera, no dependo de nadie y no paso necesidades pues Dios abrió las puertas de la prosperidad, gracias a Dios.
Jesús Velasco
