«Nuestra situación económica empeoraba a cada día y por tener tantos problemas, también nuestro matrimonio se vio afectado. Eran muchas discusiones, llegábamos a golpearnos, nos insultábamos, nos quedábamos sin hablarnos por varios días.
Vivíamos en la miseria total, teníamos, carro, pero no teníamos dinero para echarle gasolina, tenía que pedir prestado para poder hacerlo.
Me involucré en la santería, y me iba tan mal, cada día empeoraba, que un día decidí acercarme a la iglesia. A los pocos días, se presentó la Campaña de Israel, y la palabra “sacrificio” me llamó la atención, quedó grabada en mi mente, y decidí usar mi fe y sacrificar.
A través del sacrificio, he logrado muchas cosas: mi casa propia, carros, un matrimonio y una familia bendecida.
Hoy en día tenemos 3 Ópticas, tenemos locales propios, 1 Laboratorio Óptico, y recientemente hemos empezado un nuevo negocio: una importadora de servicios ópticos. También regalamos una casa cómoda y grande a mis suegros, que vivían 40 años sin casa propia.» Gregorio Arias y Karina.