Una vida de amarguras y problemas eran el día a día de la señora Yolimar Sequera, nos comenta que antes de conocer al Señor Jesús en la Iglesia Universal y ser libre de aquello que aquejaba su ser, vivió fuertes circunstancias para poder reconocer que necesitaba de Dios.
“Era una mujer amargada y con muchas dolencias, sufría de gastritis y esto me causaba mucha irritación, peleaba con todo el mundo y prácticamente no le encontraba sentido a mi vida. Vivía atormentada por mi carácter y a pesar de que mi hermana me invitaba para la Iglesia siempre rechazaba sus consejos. Recuerdo que en una oportunidad realicé un viaje para Mérida y allí descubrí que mi esposo me era infiel, esto fue la gota rebosó el vaso, me sentía triste, deprimida y con una enfermedad que ya no sabía qué hacer para ser libre.
Recordé todos los consejos que me daba mí hermana y la invitación que me había hecho, así que decidí buscar la Iglesia Universal y participar. Allí recibí la ayuda espiritual que necesitaba, participé en las reuniones en donde oraron por mi salud y bienestar, recibí la paz que viene del Espíritu Santo y hoy gracias Dios soy una mujer sana y completamente libre, pues el Señor Jesús me dio una nueva vida”.