Nuestra salvación está sólo en el Señor Jesús por eso es que Él dijo que sin mí nada podéis hacer. Pues absolutamente en todo dependemos de Él.
“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará”. Lucas 9: 23 -24
Esta palabra es para todas las personas, sea intelectual o graduado en teología, con el mayor conocimiento de la Biblia, está palabra fue dicha para todos. Cuando Jesús dijo negarse a sí mismo, nos hace señal de sacrificio, pues no es fácil negarse a sí mismo a la propia carne. Pues muchas veces se tienen deseos de pelear, por determinadas situaciones que vienen en contra de la persona y en medio de esto se debe quedar callado, no es fácil, pues hay que decir no a la propia voluntad.
La carne siempre quiere hacer lo que desagrada a Dios, siempre está en contra a las cosas espirituales pues el corazón nunca querrá obedecer a Dios.
Niéguese a sí mismo, sacrifique si usted desea seguir al Señor Jesús, pues todos los días se debe renunciar y tomar la cruz día a día, enfrentando las situaciones que se presenten.
La persona que hace esto está listo para seguir al Señor Jesús, pero no como muchas vemos incluso cristianos tristes y amargados, con pensamientos de suicidio o con depresión. Esto muestra que está faltando la presencia de Dios, pero ¿por qué hace falta? Porque no hay renuncia, porque la persona quiere servir a dos señores.
Entienda que Dios espera de cada uno de nosotros una entrega, pues con Él es todo o nada y por esa razón hay que entregarse en cuerpo, alma y espíritu; asumiendo un compromiso verdadero con Dios, abandonando todo aquello que desagrada a Dios. Para que de esta forma nuestra vida sea conducida y bendecida por Él.