Hay veces que podemos confundir la sinusitis con un resfriado o alergia. Por lo tanto para diferenciarlas hay que prestar atención a las señales para distinguirla. La duración es el rasgo mas definido. El resfriado dura una semana, la sinusitis un mes como mínimo y la alergia es ocasional. La mucosidad se dan en los tres casos pero la diferencia con la sinusitis es que la mucosidad es más espesa y de color amarillo verdoso. También el dolor facial es constante y puede llegar a ser intenso. No suele darse en las otras dos dolencias. Si bien en la alergia y el resfriado son constantes los estornudos en la sinusitis no aparecen.
Por lo tanto si hablamos de sinusitis es algo más que un resfriado, ya que se trata de la inflamación de la mucosidad que reviste el interior de los senos prenasales, unas cavidades que hay en el interior de los huesos de alrededor de la nariz. Ocurre generalmente por una infección vírica o bacteriana. Lo más habitual es que se inicie tras un resfriado mal curado, al extenderse la infección desde las fosas nasales. Puede ser aguada si la dolencia dura un máximo de un mes, dolor de cabeza y fácil y la mucosidad abundante y, crónica si el dolor se vuelve pululante incluso se tiene mal sabor de boca y cuando se sufre más de tres meses o se dan varios episodios seguidos al año.
Si un catarro nasal se prolonga más de lo esperado y aparecen los síntomas es conveniente acudir al médico. Cuando la sinusitis es aguda, se detecta fácilmente mediante una exploración endoscópica. En el caso de que sea crónica puede ser necesario además, la realización de un TAC de las cavidades nasales. El tratamiento será dependiendo de los síntomas y de la duración. Se trata con antibióticos, fármacos descongestivos, antiinflamatorios y como último caso muy extremo, la cirugía.
No obstante hay remedios naturales para seguir en conjunto con el tratamiento del especialista. Pueden ser vahos de vapor de manzanilla o de menta. Tomar a diario una o dos cucharadas de miel contribuye a combatir las bacterias. Paños calientes sobre la zona afectada. Lavados nasales con una jeringuilla o una pera introduciendo suero fisiológico o bien con agua hervida y sal.
Fuente: http://www.centromujer.es