Preguntaron a Jesús si serían pocos los que se salvarían y Él no respondió sí o no, sino que nos orientó a luchar por nuestra salvación como lo más importante en esta vida.
En la parábola del sembrador se habla de 4 tipos de personas que reciben la Palabra de Dios (lo que significa que esa palabra no incluye a quienes no creen o han escuchado hablar de Jesús en esta palabra) y nos alerta que sólo una cuarta parte realmente tiene un corazón dispuesto a recibir la palabra de Dios.
Ahora bien, en la parábola de las diez vírgenes se habla de esa cuarta parte, pues el símbolo de la virgen se da a quienes tienen su vida apartada para Dios, y como se habla del aceite hace referencia a quienes recibieron el Espíritu Santo. En esa parábola dice que sólo la mitad sería salva.
Dios nos está alertando, el hecho de participar de la iglesia no significa que uno está salvo, el hecho de ser obrero, pastor, esposa, obispo tampoco nos garantiza nada. Sólo aquél que se entrega 100 % y vive de acuerdo a la voluntad de Dios cada día de su vida, hasta que llegue el momento de presentarse ante el trono de Dios, puede ser salvo.
¿Son pocos los que se salvan? Debemos esforzarnos para serlo, pero, ¿será que usted está entre esos pocos?